Si hay un mes reseñable en el calendario de cualquier músico es noviembre, y más concretamente el día 22, día en que se celebra Santa Cecilia, patrona de los músicos.
¿Por qué se celebra este día? ¿Por qué en honor a esta patrona? Si bien el origen de esta fiesta y la relación de la santa de Roma con la música es uno de los asuntos más enrevesados del santoral -pues se cree que esta asociación es debida a un error de traducción en las actas de su martirio- lo cierto es que es una fecha que todo músico tiene en mente y en la que las escuelas de música y cualquier entidad relacionada con la música se llenan de conciertos y celebraciones.
No obstante, si os interesa conocer un poco más sobre el origen de esta tradición y cuáles son los misterios que la envuelven, podéis leer más acerca de ello en este interesante documento elaborado por Víctor Pliego de Andrés, Doctor en Historia de la Música en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
Más allá del origen de esta celebración, desde Instrumentomania queremos conmemorar esta fecha compartiendo con todos vosotros cuál es nuestra experiencia personal con la música. Porque detrás de esta ventana tan grande que es Internet, que a veces puede resultar un poco impersonal, hay un grupo de personas que nos esforzamos cada día por acercar la música a vuestros hogares. Personas que estamos detrás de la pantalla, de la tienda online, del teléfono, en el taller, preparando vuestros pedidos, atendiendo vuestras consultas… y qué menos que poder compartir un pedacito de nuestra historia con la música como agradecimiento a la confianza que depositáis en nosotros.
Así pues, para empezar hemos descrito lo que es la música para nosotros en una sola palabra. Para nuestro gerente la música es Vida, y es que hablar de su vida es hablar de la música.
Comencé a estudiar música con 7 años en mi población, Guadassuar, y comenzó como un juego: no elegí tocar la trompeta, se me asignó, pero a pesar de ello fui tocando, me gustó, la cosa funcionó bastante bien y empecé a tocar por ahí (Fallas, moros y cristianos…). Con 14 años, tenías que decidir si estudiar BUP, FP, ir al conservatorio… y en mi caso compaginé la música con ir al instituto por la tarde-noche. Así cursé el grado profesional y cuando terminé estudié el grado superior por libre puesto que había más alumnos que plazas. Ya con mi título superior de profesor de trompeta estuve dos años trabajando en el Conservatorio de Menorca y posteriormente en Ibiza, hasta 2007. Fue una experiencia tanto profesional como de vida impresionante y tengo magníficos recuerdos y amistades de aquellos años. En 2007 regresé a mi casa y ejercí como profesor de música en secundaria durante 6 cursos hasta que surgió otra experiencia en la vida: la de abrir una tienda de instrumentos musicales. Instrumentomanía es una realidad y aquí estamos, trabajando diariamente para dar un buen servicio a todos los estudiantes y profesionales y la verdad es que estoy muy contento con el trabajo que realizo a día de hoy. Además, tengo dos hijos y ambos siguen esta senda de estudiar música, de lo cual me siento muy orgulloso.
Entramos al taller de reparación de instrumentos de viento y nuestro técnico reconoce que es difícil encontrar una sola palabra para explicar que es para él la música, aunque finalmente la define como fiesta, una fiesta con compañeros y amigos.
A mi padre le hubiera gustado mucho estudiar música pero no pudo, así que nos apuntó a mi hermano y a mí. Gracias Papá. Empecé las clases de solfeo con 8 años y siempre tuve claro que quería tocar el saxofón. Recuerdo que cuando tocaba elegir instrumento no quedaban saxos en la sociedad así que les dije que no me dieran ninguno, que me esperaba a que hubiera alguno que me pudieran dejar. Desde entonces han sido muchas clases, ensayos, pasacalles, conciertos, etc. Uno de los mejores momentos y que más echo de menos es la salida de la entrada con la filá andaluces de Alcoy, tocando Ragón Falez, cuando el "cap d'esquadra" abre la navaja, el confeti y el griterío de la gente lo inunda todo, se te ponen los pelos de punta. Después de acabar el grado profesional tuve la ocasión y la suerte de aprender el oficio de la reparación de instrumentos, de esta manera creo que estaré toda la vida acompañado de música.
Nuestras encargadas de la atención al público que cada día están tras el mostrador atendiendo la tienda física así como preparando los pedidos que entran a través de nuestra tienda online definen la música como libertad y como ilusión, y así nos comparten su experiencia en el mundo de la música:
Empecé en la música cuando tenía 10 u 11 años, no sé exactamente, lo que sí sé es por qué empecé. Cuando tenía 8 años me mudé a un pueblo pequeño ya que mis padres pensaron que la vida en un pueblo era mucho más adecuada para formar una familia que la vida en la ciudad, pero las opciones culturales en los pueblos en aquella época no estaba demasiado desarrollada -aunque tampoco ha cambiado mucho ahora-. Así pues empecé solfeo ‘por hacer algo’ ya que la otra opción era entrenamiento de fútbol y nunca he sido muy fan de este deporte. Echando la mirada atrás creo que fue un descubrimiento para mí en cuanto al desarrollo artístico y personal que a lo largo de los años posteriores he tenido. La expresión creativa de tocar un instrumento, los valores aprendidos con los compañeros de la banda formando un todo, y la exposición al público para superar mi miedo escénico y timidez, entre otras cosas, hicieron que posteriormente mi camino virara hacia unos estudios y carrera artística y que mi personalidad pudiera ser más abierta y extrovertida. Todo un descubrimiento sin saberlo, y todo fue ‘por hacer algo’ y distraerme en el cambio de casa, de amigos y de entorno.
Yo empecé en el mundo de la música por la ilusión de mis abuelos de ‘tener un músico en la familia’. Mi recorrido en el mundo de la música ha sido de ilusión en ilusión. La ilusión de tener entre las manos por primera vez mi primer clarinete, la ilusión del primer ensayo en la banda joven, las amistades surgidas compartiendo atril que todavía perduran, la ilusión de entrar en la banda y ver el sueño de mis abuelos y padres realizado… Pero además de ilusión ha sido un camino de mucho sacrificio en todos los sentidos y estaré eternamente agradecida a mi familia por su apoyo en todo momento. Cuando abandoné las aulas del conservatorio para empezar un grado universitario y no sabía qué pasaría con la música, tuve el regalo de poder participar en diversas agrupaciones como el Orfeón o la Big band, donde pude palpar que la música es un lenguaje universal que no entiende de edades, de idiomas, de estudios, de países de procedencia… Gracias a la música pude vivir una etapa universitaria llena de buenos momentos con cada ensayo y actuación. Y tras varios años, cuando ya pensaba que mi vida iría por otros derroteros, la música ha vuelto a mí con la oportunidad de trabajar en Instrumentomanía. Desde aquí espero poder ayudar a los clientes para que puedan ilusionarse con la música como lo hice y lo hago yo.
Y tras la ventana de las redes sociales, los que cada día se encargan de mostraros todo lo que ofrecemos a nivel de productos, eventos, visitas, curiosidades y demás, tenemos dos perfiles muy diversos que definen la música como sentimiento y como desconexión y pasión.
Empecé la música desde pequeño, en un pueblo donde es una tradición que los niños aprendan música, y animado por familiares músicos. Tras muchas dudas me decidí por el violín como instrumento, con el que pasé muchos años de compañero, hasta 2º de Conservatorio. Siempre estaré agradecido de haber empezado en el mundo de la música, pues me ha dado grandes momentos, buenos amigos, disciplina de trabajo y conocimientos que he podido aplicar en muchos otros ámbitos a lo largo de mi carrera profesional.
Para mí la música es sentimiento, desconexión, pasión… y tengo sobre todo la suerte de poder disfrutar cada fin de semana de ella porque soy Dj. Empecé cuando tenía 18 años y llevo ya más de 10 en este mundo y estoy encantadísimo de tener la suerte de poder participar de la música y disfrutarla cada fin de semana. Desde pequeño me ha gustado el mundo de la música. Con 17 años me apunté a un concurso de dj, no había pinchado nunca por ahí, y tuve la suerte de, con mucho esfuerzo y trabajo, ganar el concurso. Ahí empecé mi carrera profesional como Dj hasta el día de hoy. Por eso animo a todo el mundo a que emplee la música como más le transmita y a no apartarse de ella porque es un mundo muy bonito.
Así pues, ya conocéis un poco más al equipo humano que está tras Instrumentomanía. Unos perfiles muy diversos, cada uno con una relación con la música distinta, pero que enriquecen al resto del equipo. En estas semanas en las que hay un bombardeo de reclamos comerciales queríamos poner en valor lo que estamos celebrando, lo que nos une, que es la música y por ello queríamos hacer este pequeño homenaje agradeciendo todo lo que la música y la cultura ha aportado a nuestra vida.
Desde Instrumentomanía queremos felicitar a todas las personas que tenéis relación con la música directa o indirectamente. A todos los estudiantes de música que día a día con vuestro estudio trabajáis para alcanzar grandes metas. A los familiares que con vuestro esfuerzo económico hacéis posible la carrera musical de vuestros hijos e hijas. Al profesorado que con vuestro empeño sembráis semillas en cada educando. A los compositores, compositoras, directores y directoras de orquestas, bandas, corales… gracias por vuestra dedicación, por fomentar con vuestro trabajo la cultura. Gracias también a todas las personas que hacen posible año tras año celebrar Santa Cecilia en cada agrupación musical. Felicidades porque la música sigue alegrando la vida gracias a vuestro trabajo.
